Es la eterna gran duda que, en tiempos de nueva normalidad, aún no ha logrado disiparse. En esta situación tan atípica que nos está tocando vivir y en la que el teletrabajo ha proliferado de manera exponencial ante la crisis sanitaria del COVID-19, sois muchos y muchas los que os preguntáis qué opción es la más recomendable a la hora de hacerse con un ordenador como herramienta de trabajo.
Hoy vamos a compartir las principales ventajas de ambas opciones para intentar sacar en claro cuál es la más adecuada según tu situación.
Ventajas de tener un portátil.
Intentando obviar lo evidente, en este caso la movilidad que te aporta un pc portátil, tenemos que destacar especialmente la autonomía. Un PC portátil te ofrece la peculiaridad de no tener que estar conectado a la red eléctrica de manera perpetua. Puede parecer una tontería pero es un elemento muy a favor ya que, contamos con un elemento transportable, muy útil para labores de tanto de trabajo individual como de equipo (Trabajo conjunto en sala de reuniones, espacios coworking, bibliotecas, salas de estudio etc). Por supuesto, la autonomía de la batería, es decir su duración, dependerá del modelo de portátil con el que cuentes.
Otro aspecto a destacar es el poco espacio que ocupan. Hablamos de un pc que no necesita de un monitor externo, ni de más cableado ni elementos de hardware a su alrededor, con lo cual, contamos con una mejor ergonomía en el espacio. Otro factor es sin duda, el hecho de que consumen menos energía al cabo del año porque sus procesadores están orientados al bajo consumo por norma general y refiriéndonos a pc a nivel usuario.
Ventajas de tener un PC de sobremesa.
En primer lugar, este tipo de ordenadores ofrecen una mayor potencia en términos generales y la mayor parte de las veces es siempre a un menor coste que un portátil.
Otro punto a favor es la capacidad, donde los sobremesa están mejor preparados para alojar una SSD o HDD en mayor cantidad, por lo que las opciones que te ofrece este tipo de PC son muchísimos más grandes que un portátil, que suele poder alojar únicamente un componente de cada a nivel usuario.
En un PC de sobremesa podemos instalar muchos más dispositivos que en un portátil, donde en estos una vez agotada su capacidad interna mediante su placa base y conectores tendremos que recurrir a un hardware externo: Más, espacio y más dinero.
Por último, un PC de sobremesa es más fácil de reparar y/o actualizar y por supuesto personalizar. Un portátil viene premontado en un espacio reducido, con lo que ello conlleva.
Como hemos visto, cada uno tiene unas ventajas muy determinadas, ahora la decisión es tuya. Y como siempre, en Ibertrónica.es contamos con ambos tipos de PC para que puedas elegir el que más te guste y al mejor precio. ¡Te esperamos!