Las placas computadoras de tipo Raspberry Pi, creadas por la Raspberry Foundation, son de muy pequeño tamaño, similar al de una tarjeta de crédito, y desde su estreno en el pasado año 2012 han ganado una gran fama. Planteadas como placas destinadas al uso en escuelas, estas placas también han llegado a los comercios en muy distintos modelos y con diferentes especificaciones.
Sus orígenes
La idea que ha propuesto el tipo de placa Raspberry Pi existe realmente desde varias décadas atrás. Ya en el año 1981 se pudo ver el BBC Micro de Acom, que sirvió de inspiración para que posteriormente, en el año 2006, se produjeran los primeros prototipos de lo que conocemos actualmente como Raspberry Pi.
Hubo un grupo de profesores, amantes de la informática y distintos académicos que se esforzaron, dentro de la fundación Eben Upton, para crear un nuevo sistema que pudiera crear tendencia en la implantación en escuelas. Uno de los objetivos era conseguir que este producto tuviera un tamaño reducido, dado que se tendría en cuenta su uso de forma flexible. Esto provocó que el primer prototipo cercano al definitivo, ya basado en tecnología ARM, tuviera la forma de un stick de memoria USB. No solo tenía esta forma, sino que además de contar con el conector USB en uno de sus lados, en el otro incluía un puerto de conexión HDMI.
La historia de estas placas derivó en agosto de 2011, cuando ya se fabricaron las primeras versiones alpha. Se empezaron a hacer demostraciones. Para octubre de ese mismo año ya se estaba demostrando al público y creando expectación. Un año después el lanzamiento se producía ante un enorme apoyo por parte de la industria, de los especialistas y de los entusiastas.
La reacción del sector fue de total apoyo a las placas Raspberry Pi, e incluso se produjeron problemas con la estabilidad de su web, así como reacciones en masa a través de las redes sociales. Tras la creación de estas primeras placas, que se fabricaron en Asia debido a las ventajas que suponía respecto a su creación en Reino Unido, los pedidos y el apoyo a esta tecnología se multiplicó. Esto llevó a que, como vamos a ver a continuación, pasara de existir un tipo de placa, la B, a recibir el lanzamiento de un segundo tipo, el A.
Componentes
¿De qué está formado exactamente este tipo de placa?. A nivel de CPU encontramos un procesador que funciona a 700 MHz y que se trata del modelo ARM1176JZF-S. Es posible llevar a cabo proceso de overclocking incluso sin arriesgarnos a perder el derecho a tener garantía. Y en este caso hay que destacar que los niveles de velocidad pueden llegar hasta 1GHz.
La memoria RAM es de 512MB en el mayor de los casos (con modelos de 256MB) y en cuanto a la GPU estamos hablando de una VideoCore IV. Al margen quedan otros componentes que pudieran estar presentes, pero que no lo están. Por ejemplo, no tiene disco duro ni ningún tipo de unidad similar. Tampoco tiene carcasa, fuente de alimentación o extra en la misma línea. El almacenamiento se apoya en la utilización de las cada vez más habituales tarjetas de memoria en formato SD y existen accesorios adicionales que se pueden adquirir como cajas para su correcta instalación.
Dos modelos
Tal y como hemos mencionado, existen dos modelos, el B y el A. Este segundo ha entrado en el mercado en el presente año 2013. Y destaca por la ausencia de controlador de ethernet, aunque sí utiliza un puerto de conexión USB. Su principal particularidad es que al deshacerse del segundo puerto USB y del soporte de Ethernet se consigue reducir también su precio. Los usuarios con el modelo A no tienen problemas para conectarse a la red, existiendo múltiples posibilidades de hacerlo, como con un adaptador Wi-Fi.
Esto significa que si ya tenemos un accesorio de este tipo y la ausencia de un puerto USB no nos molesta. Algo que no suele ser determinante, no vamos a encontrar ninguna diferencia en cuanto a las versiones B y A. Eso sí, es recomendable poder tener acceso a dos puertos USB para la combinación de ratón y teclado, dispositivos con los que Raspberry Pi es compatible.
Redactor: Juan Manzano Ulmeher.
