La refrigeración de equipos informáticos, dispositivos y componentes, lleva siendo una importante característica desde tiempo atrás. Y con el aumento de la potencia de los ordenadores, cada vez es algo que más personas se tienen que plantear. Ante los aumentos de temperatura, y con el objetivo de evitar los problemas que pueden producir los calores excesivos en los equipos, la refrigeración es un paso a tener en cuenta. Pero y aunque lo más obvio es recurrir a dispositivos, coolers y placas de refrigeración profesionales.
Como las fabricadas por Scythe, Arctic Cooling y Coolermaster, hay otras personas que optan por métodos caseros rudimentarios. Y como es de imaginar, los resultados no son siempre positivos, existiendo curiosidades y consecuencias que merece la pena conocer.
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Conocimientos para la refrigeración líquida casera
Las guías de creación de dispositivos de refrigeración son numerosas en la red, desde donde se pueden conseguir instrucciones acerca de los componentes a utilizar. Hay que tener en cuenta todos los pasos a seguir, uno por uno, para que uno de estos sistemas domésticos, que implican crear refrigeración de calidad, puedan ser efectivos.
El problema de la creación de los posibles sistemas de refrigeración caseros se encuentra en que tenemos que tener habilidad y conocimientos para ello. Aún siguiendo una guía paso a paso del proyecto con cometer sólo un error el sistema puede fallar y producir consecuencias todavía más graves en el equipo que un problema de temperatura. Por otro lado, se requieren herramientas para la creación del sistema y piezas. Lo que en ocasiones no deja de producir un gasto elevado en comparación a lo que implicaría comprar un dispositivo de refrigeración profesional.
Los peligros
El mercado de la informática lleva muchos años prestando atención a las soluciones de refrigeración líquida a nivel de usuario. Planteada por medio de sistemas e inventos que pueden dar tan buenos resultados como malos.
Existen peligros inherentes a este tipo de refrigeración, pero también claros factores que hacen interesante su instalación. Hablando de la conductividad térmica, la del agua es 25 veces la del aire, lo que se convierte en un factor de peso para elegir refrigeración líquida antes que la basada en el uso de ventiladores.
La transferencia y disipación que realiza del calor la refrigeración líquida supone el punto de partida para comenzar a realizar modificaciones. También hay que tener en cuenta la capacidad de calor específico. O dicho de otro modo la cantidad de energía que se necesita para calentar una sustancia a un grado. Esta capacidad de calor en el agua es de cuatro veces la del aire. Convirtiéndose en otro ventaja. Pero a veces estas ventajas nublan al usuario y olvida los peligros de la refrigeración líquida.
La conductividad eléctrica del agua es la razón que más se tiene que valorar. Es posible que si se te cae un vaso de agua en el motor de gasolina de tu coche mientras rellenas el radiador. No tengas problemas, porque el motor no sufrirá daños. Pero si esta misma cantidad de agua cae sobre la placa base de tu ordenador, el problema sí será más que importante. Se trata de un factor que se debe valorar mucho y sobre todo que hace tener mayor precaución en cada movimiento.
Los equipos de refrigeración líquida tienen un nivel de mantenimiento muy exigente. Siendo necesario llevar a cabo revisiones para comprobar que no existan filtraciones. Se han visto casos de usuarios en los que se han producido apagones del equipo e incluso pequeños altercados más peligrosos debido a la acumulación de agua en la torre.
Por su parte, con un sistema de ventilación por aire sólo hay que quitar el polvo al ventilador de vez en cuando. No tener cuidado en la instalación, y sufrir una filtración de agua. Comprobar y mantener una revisión periódica del equipo y asegurar todas las conexiones y tubos, son pasos a realizar para que no existan peligros. Pero con dos elementos tan poco compatibles de forma cercana como es el agua y circuitos muy delicados, el peligro siempre acecha al usuario.
Todo ello hace llegar a la conclusión de que la refrigeración doméstica y los arreglos que se pueden conseguir mediante estos procesos rudimentarios no son recomendables, y aunque en algunos casos es posible que proporcionen buenos resultados, en muchos otros las consecuencias son negativas. En la mayor parte de las situaciones es más recomendable utilizar una solución de refrigeración profesional para mejorar el rendimiento del equipo.