Las tarjetas de memoria son, hoy por hoy, uno de los recursos más habituales en el mercado de la tecnología, dado que se usan como método de almacenamiento de moda. Son compatibles con teléfonos móviles, tablets, consolas de videojuegos, ordenadores y con mil dispositivos más. No obstante, hay algunos factores que se deben tener en cuenta para decidir cuál es la tarjeta de memoria que necesitamos y la que encaja más en nuestras posibilidades. Existen diferentes tipos, así como algunos detalles adicionales que tenemos que valorar de manera adecuada.
Tarjetas Compact Flash
Lo primero de lo que hay que hablar sobre tarjetas de memoria es acerca de la existencia de dos formatos que se han convertido en los principales referentes. Uno de ellos es el CF, de comprensión sencilla por lo básicas que resultan sus características. Hay dos versiones principales de tarjetas CF, de tipo 1 y de tipo 2. Mientras que también se pueden diferenciar por la incorporación del sistema UDMA.
Como vamos a ver que es recurrente en lo relacionado con las tarjetas de memoria, el mejor consejo y la pauta principal a tener en cuenta es que tenemos que asegurarnos bien de cuáles son las tarjetas que requiere nuestro dispositivo. Hay terminales que, puestos a apostar por la tecnología de las tarjetas CF, lo que hacen es incluir soporte para los dos tipos de forma simultánea. Esto simplifica mucho la experiencia a nivel de usuario, sobre todo si también se incluye el soporte para UDMA.
La diferencia con las tarjetas SD
Las compact flash, las tarjetas CF antes mencionadas, no son tarjetas SD, aunque se puedan confundir entre ambos modelos. Las tarjetas SD se van actualizando a medida que pasa el tiempo a través de nuevas versiones. Lo que comenzó con el formato base SD se ha visto ampliado con SDHC y, por ejemplo, SDXC. Estas distintas evoluciones se centran, en especial, en aumentar el límite de memoria de almacenamiento. Lo que comenzó con una tasa reducida de 2GB se ha aumentado con el paso del tiempo a incluso 2TB. De todas formas, los modelos más utilizados, dado que el máximo lo pone el propio dispositivo con el que se utilice, son los de 32GB y la capacidad mayor más extendida es la de 128GB como mucho.
En cuanto a las memorias SD, lo que también hay que tener en cuenta son los identificadores que están atribuidos a la velocidad, como UHS Speed Class y Speed Class. Son características que también determinan el potencial de la tarjeta de memoria en cuestión. Todo ello es básico a la hora de elegir entre una y otra tarjeta de memoria, dado que los dispositivos que utilicemos tendrán unos requisitos exactos al respecto. En algunos casos sólo se pueden utilizar tarjetas de memoria Speed Class y en otros el formato posible sólo es SD normal, sin dar acceso a SDHC o similar. De todas formas, también tenemos que valorar que existe retrocompatibilidad, lo que significa que un terminal compatible con tarjetas SDHC también permite el uso de las clásicas SD.
Innodisk
La elección de una marca de garantía también es algo a valorar a la hora de comprar una tarjeta de memoria. Existen firmas que destacan por los buenos resultados que proporcionan, como es el caso de Innodisk. La empresa que en el año 2005 fue fundada por Richard Lee y sus socios. Sus tarjetas de memoria vienen a cumplir con las exigencias de los usuarios. Ofrecen un buen precio y al mismo tiempo tienen un diseño más que apropiado. Un buen ejemplo de ello se encuentra en la Innodisk iCF 4000 de 8GB, que se presenta como una tarjeta compacta de tipo flash y carácter industrial. Su calidad es elevada y rinde a la perfección incluso en el ámbito de la industria, donde por lo general el nivel de exigencia es mayor al habitual.
Su capacidad es de 8GB, aunque existe también un modelo de 4GB. Y los niveles de escritura que alcanza son de 20 megas por segundo. Así como de 40 megas por segundo en lectura. Dispone de las últimas funciones avanzadas del sector, como Ultra DMA, PIO o Multi Word y tiene un conector estándar de 50 pins para conexiones CF. Una de sus características más llamativas es que como buena tarjeta de memoria industrial, es capaz de resistir todo tipo de situaciones adversas, garantizando que soportará temperaturas de entre -40 grados y de hasta más 85 grados.