En el mundo de la informática la optimización es un paso fundamental para que podamos tener un sistema que funcione al máximo rendimiento. La VGA es uno de los factores que debemos valorar y tener en cuenta con consejos que nos permitan exprimirlas en su totalidad.
Saber optimizar la tarjeta gráfica es lo que, en muchas ocasiones, nos separará de disfrutar de la mejor experiencia a nivel de gaming, aspecto en el cual es bueno tener el sistema optimizado lo máximo posible. La elección de componentes adecuados y la configuración óptima son claves para conseguir un resultado de calidad.
Conocimientos principales
Cuando nos planteamos la optimización del equipo en base a una tarjeta gráfica que encaje con nuestras necesidades debemos tener algunos aspectos en cuenta que resultan determinantes. En este sentido hablamos de los FPS (marcos por segundo), los filtros y la resolución.
Son características clave que nos acostumbraremos a reconocer cuando queramos configurar los juegos en el ordenador. Para la mayor optimización posible hay que intentar alcanzar un resultado en el cual los FPS se consigan mantener de forma estable lo más cerca posible a 60 marcos por segundo. Suele ser habitual que los usuarios especializados en videojuegos reconozcan aquellos que funcionan y exprimen los 60 FPS, y que se note mucho aquellos que limitan al usuario a un máximo de 30 fps, algo que cada vez ocurre menos.
Si los filtros son eficientes y completos la tarjeta ofrecerá al mismo tiempo un mejor rendimiento que si este aspecto queda en segundo plano. En cuanto a la resolución, el concepto ideal es que la tarjeta gráfica se ajuste a las características del propio monitor que esté utilizando el usuario.
Optimizando
A la hora de optimizar la tarjeta gráfica para un mejor rendimiento el usuario debe tener en cuenta cuáles son los requisitos que le proporciona cada uno de los juegos. No todas las experiencias de gaming tienen los mismos parámetros en los que refuerzan su exigencia, sino que cada juego o género se enfatiza en unos requisitos que debemos tener en cuenta. Una misma tarjeta, configurada de distintas maneras dependiendo del caso, puede rendir más o menos para beneficio del usuario.
No tienen tanta importancia otros componentes clave del equipo, que son relevantes, pero teniendo también en cuenta otros factores. La CPU no siempre requiere que sea la de más alta gama y no significa a ciencia precisa que a mejor CPU mejor resultado tendremos de visualización y movimiento. Lo mismo ocurre con la memoria RAM, que alcanzado un nivel estándar no produce mejora por mucho que se aumente con Mbs adicionales.
Filtros y mejoras en vivo
Son muchas las posibilidades que los usuarios pueden utilizar en cuanto a mejorar su experiencia de forma directa. Existen filtros que se activan o desactivan dependiendo del caso y que influyen directamente en las imágenes y animaciones a representar. El filtrado de texturas representa una serie de filtros que influye directamente sobre cómo se visualizan las texturas en los juegos.
Hay distintos tipos de filtrado que se pueden activar, como el anisotrópico. Recomendable debido a que produce un filtrado que tiene en cuenta la distancia a la que se encuentran los elementos. De base es un sistema que resulta de calidad por saber manejar el entorno para que los usuarios aprecien una calidad más elevada en distancias cortas.
También existen filtrados directos desde las opciones de cada juego. Lo que produce una interacción directa sobre los mismos, ayudando a mejorar el rendimiento, aunque no de manera extrema.
La optimización de tarjetas gráficas menos avanzadas se puede realizar, por otra parte, evitando el uso de los efectos más avanzados. Con los que cada vez se lleva más al público hacia experiencias de iluminación realistas. La oclusión ambiental altera directamente la visualización y optimiza para aumentar la estabilidad. Cuidar la representación del trabajo del aliasing con el FSAA es algo que también permite, desde la configuración de la tarjeta gráfica, conseguir mejores resultados.