Teléfonos móviles
Sin lugar a duda los smartphones actualmente son el artículo tecnológico más deseado por muchos consumidores. El deseo de adquirir un terminal nuevo, y a buen precio en ocasiones nos puede llevar a un disgusto, si no tenemos cuidado con lo que compramos. Por ello en este artículo vamos a daros algunas claves, tanto para distribuidores, como para consumidores, de lo que debemos tener en cuenta a la hora de elegir un terminal, y no caer en teléfonos que no cumplen las normativas europeas de calidad.
Con el fin de las subvenciones por parte de las operadoras para adquirir móviles sujetos a permanencias, se abrió un mercado alternativo de telefonía muy potente. Esto también ha ocurrido con la tecnología como con las tablets, netbooks, etc. El aparente abaratamiento de estos, junto con las nuevas marcas que entran en el mercado, en ocasiones esconde una falta de regulación muy perjudicial para nosotros.
Canales de distribución
El hecho de querer adquirir teléfonos libres, cada vez más, es un desencadenante de varias causas durante estos años: la crisis, la reducción del presupuesto en las familias y que las compañías han reducido el número de terminales subvencionados. El cliente acude a tiendas buscando terminales libres, aunque también de gama alta como Apple, Samsung, LG o Nokia. Pero si buscamos versiones low cost de estos nos encontramos con nuevos fabricantes como BQ, Airis, Woxter o Huawei
El canal de distribución ha tomado posiciones, y muchos han apostado fuerte por la venta de estos teléfonos de última generación con precios asequibles, sin ser en un primer momento distribuidores de telefonía. Especialistas en componentes informáticos, ahora se han decantado por marcas como BQ, Wiko o Zaapa.
El mercado es muy jugoso, aún hay 6 millones de usuarios que aún no han hecho el cambio a los smartphones, y las estadísticas cuentan que los españoles cambiamos de terminal con una media de 9 meses aproximadamente.
El problema es que hay muchos competidores nuevos, y entre ellos encontramos irregularidades, que no cumplen con los requisitos mínimos de la UE. Ya sea por la calidad de los componentes, por la garantía, o por su dificultad a la hora del reciclaje. Algunos se fabrican con materiales no autorizados. La normativa exige que cada producto debe ir correctamente identificado, con su nombre, CIF, página web, firma y sello. El manual debe venir en el idioma del país. Si no es así, desconfía.
Desconfía también si el terminal lleva dos baterías, no es algo positivo. No es que el fabricante te esté “regalando” otra batería, sino que son de un material de muy poca calidad, y su vida útil es escasa. Para no llevarnos disgustos, la web Antutu Tester es una buena opción a la hora de conocer el funcionamiento de nuestro aparato, y testearlo nosotros mismos.
El tema del reciclaje también es un punto conflictivo. Es imprescindible que en los teléfonos aparezca marcado el certificado ROHS regulado por la directiva 2002/95. Cuando no se asumen estos gastos de reciclaje las marcas suelen ser más competitivas, pero caen en la ilegalidad. Cuidado con el marcado regulador de la Unión Europea. Mucho ponen CE, pero no se refiere a esto último si no a “China Export” es un error muy común caer en este juego de siglas.
Este es el problema, algunos fabricantes caen en esta ambigüedad y esto no beneficia a nadie, ya que extienden un manto de desconfianza sobre el sector completo.
Puntos importantes
En resumen los puntos que debemos tener en cuenta antes de adquirir un teléfono, tanto como distribuidor como particular:
– Declaración de conformidad, con el nombre, CIF, página web, sello y firma.
– Cobertura deficiente. Los estándares Chinos de 850/2100 MHz no son suficientes, lo habitual en España es 900/2100MHz
– Garantía y soporte técnico. Hay fabricantes que no ofrecen servicios postventa.
– Marcado ROHS. Es la referente a la prohibición de usar materiales peligrosos en su fabricación y la posibilidad del reciclaje.
– Pago de licencias. Como la correspondiente a DVBT (captación de señal de TV) MPEG (reproducción de audio y vídeo)
– Listado de restricciones. Debe adjuntar una lista en la que se reflejen en qué circunstancias el terminal no funciona correctamente. Por ejemplo, que no puede acceder a la señal de telefonía de otros países, etc.
– El precio no es lo más importante. Lo habitual es que un terminal inusualmente barato no tenga una calidad aceptable, y seguramente no cumpla con las normativas de la Unión Europea.
Por ello es muy importante que los distribuidores antes que adquirir unos productos, deben pedir toda la documentación necesaria.
Suele ocurrir que el teléfono no viene adaptado al mercado nacional, con problemas de traducción en el sistema operativo, rango de red reducido, GPS que no funcionan, o bien que no ofrecen un servicio postventa de acuerdo con la normativa vigente de 2 años. También es fundamental que las etiquetas sean veraces y fieles al producto. Nunca deben inducir a error o engaño.
El problema también está para los distribuidores, que pueden tener que asumir multas en muchos casos por distribuir artículos que no cumplen con las normativas europeas, pero también le afecta directamente al consumidor por la incertidumbre de poseer un terminal con una calidad poco aceptable. En el peor de los casos, si el terminal es defectuoso desde un primer momento, el distribuidor perderá la confianza del cliente y tendrá que sufrir quejas y reclamaciones a Consumo. ¿Quién es el último responsable de la ilegalidad? Primero el fabricante, y si este está ausente, del que lo distribuye.
En definitiva, es mucho mejor cerciorarse de que los artículos que se venden están conformes con la normativa vigente. Es la mejor opción, tanto para el distribuidor, como para el usuario final. No por vender un producto competitivo y barato, es un producto bueno para el consumidor.
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